Hace unas semanas tuvimos el gusto de conversar con la artista oaxaqueña Ivonne Kennedy. La charla fue amena y muy interesante que no quisimos dejar nada fuera. Es por eso que publicamos esta plática en cuatro entregas.
Por ser la última parte de la entrevista, en esta ocasión nos enfocaremos un poco más en la intimidad de esta firme mujer.
«Yo sigo todavía… y tal vez no me desprenda nunca, en el aspecto lúdico, experimental de mi propia obra. Me gusta esta forma desordenada que tengo de trabajar… tal vez dado que yo no salí de la academia… no salí de La Esmeralda ni de San Carlos… vengo de ‘Santa Ivonne’, punto».
Así de claro, así de fuerte. Una artista autodidacta, que inició desde los 16 años su producción estética, no podría vivir de otra madera el arte: intima e intensamente.
«Prefiero que no haya testigos, por que cuando los he tenido… y sólo han sido un par de veces que tuve discípulos jóvenes que les traté de explicar cómo, porqué hacia las cosas… creo que se llevaron algo de mi forma de ser.
A mí me funciona así… disfruto mucho de este proceso y veo que puede causar mucho estupor… o sea, a veces hay un cuadro que está bien logrado, a punto de firmarse y de repente lo tapo todo o le puedo echar ácido, puedo ‘espatulearlo’ de cero… y nadie supera eso.
A mí me pone muy nerviosa que alguien haga un juicio como: ‘¿Y lo que habías trabajado?
Necesito que nadie vea porque hago muchas cosas… prefiero que nadie vea mis crímenes».
Sin embargo, lo anterior no quiere decir que nuestra «solitaria criminal» viva en una burbuja. De hecho, Ivonne pertenece y representa al Colectivo Arte Guenda, una agrupación integrada sólo por mujeres creadoras con mucho talento e historias.
«Guenda nació en 2003. No tiene nada que ver más que con artistas mujeres. El único requisito era que tuvieran por lo menos 10 años de trayectoria. Después decidimos que el 10% de los miembros deberían ser mujeres jóvenes, para darles pauta, para abrirles camino… de dirección, de contención.
Guenda ha sido realmente mi experimento en la vida. Yo lo empecé hace 17 años y han pasado muchas cosas a través de este colectivo. Soy responsable de lo que es, de lo que representa».
Ivonne nos contó que lo único que tienen en común todas las mujeres que forman o han formado parte de este colectivo es Oaxaca, en general, por que no todas son oaxaqueñas o viven ahí, es más bien como un vínculo con esta región del país:
«Yo creo que he aprendido mucho de la forma que cada una ha resuelto su camino y he sido favorecida de los referentes que han logrado ser, porque uno de los motivos por los que se fundó [el colectivo] fue la falta de referentes de artistas femeninas… mis referentes.
Para que te des una idea, uno fue Frida Kahlo, que no era mi tipo de referente porque para mi gusto sufría mucho y yo quería divertirme un poquito más.
Después encontré a Remedios Varo y se me hizo más divertida; la mujer viajaba, tenía amantes, se la pasaba bien… y además era mística y ahí me identifiqué brutal.Bueno, me fumé a Remedios Varo y se acabó la historia ¿no? Entonces yo necesitaba más referentes y además algo más cerca de mí… Remedios Varo ya había muerto cuando yo estudiaba, necesitaba referentes vivos. Crear Guenda fue crear la plataforma de espejos donde yo y todas nos podíamos ver unas a otras».
Un juego de espejos, así lo definió. En este juego colectivo se encuentra todos los estereotipos de mujeres que puedas imaginar: la soltera, la viuda, la sin éxito, la con hijos, la divorciada, la joven, la vieja…
«Creo que Guenda tiene características muy especiales fuera de la mercadotecnia. Es más, el nombre guenda viene de zapoteco y significa ‘el alma de las cosas’. Desde el primer momento queríamos en el colectivo hablar del alma del arte, no de la mercadotecnia del arte.
Aquí pasan muchas más cosas que el éxito comercial… esto da para motivo de estudio. Creo que si yo quisiera que se haga algo con Guenda sería justamente un análisis a nivel atropológico, sociocultural, a nivel de género… da para poder entender el momento del arte contemporáneo desde el aspecto de la mujer artista.»
Así, con esta afirmación, envuelta en invitación, terminó nuestro encuentro con Ivonne Kennedy. Sin embargo, no podíamos irnos sin preguntarle cuál sería la obra de arte que compraría, si pudiera elegir cualquiera en la historia de la humanidad. Sobra decir que no pensó mucho su respuesta… quizá ya la lo había pensado alguna vez.
«Compraría un cuadro de Modigliani donde retrató a su mujer Jeanne Hebuterne, porque yo creo que ése es mi cuadro de Dorian Grey. Una vez estuve en Italia y me traje un imán.
Según yo, el imán, que todavía tengo, le van saliendo manchas, se va haciendo viejo y digo: ‘Ese es mi cuadro de Dorian Grey; yo sigo como bien y el cuadro se está haciendo viejo».
Por cierto, a Ivonne Kennedy le encanta Modigliani porque se siente identificada con la representación de los cuerpos y rostros de este pintor. Ella era muy peculiar en Oaxaca precisamente por sus características físicas atípicas para la región.
«Yo era una cosa muy extraña aquí en Oaxaca y cuando vi los retratos de Modigliani, dije: ‘Yo hubiera sido su modelo'».
Portrait Of Jeanne Hebuterne / Amedeo Modigliani
No olvides visitar el perfil de Ivonne Kennedy AQUÍ y encuentres la obra perfecta para ti.